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Quienes trabajan en la industria alimentaria conocen de primera mano el ruido que puede llegar a generarse en las fábricas. Este entorno de producción requiere superficies duras y espacios abiertos con la finalidad de llevar a cabo las buenas prácticas de higiene que son indispensables para garantizar la inocuidad de los alimentos.
Sin embargo, los espacios abiertos y las superficies duras provocan que los altos niveles de ruido generados por la maquinaria de las líneas de producción de los alimentos (preparación, llenado, empaquetado, conservación, etcétera) se propaguen y amplifiquen por todo el lugar. Por ello, se requieren sistemas de absorción acústica que, además, sean amigables con los altos estándares de higiene de este tipo de fábricas.
Dentro de las soluciones que se encuentran disponibles en el mercado para resolver el problema del ruido en la industria alimenticia se encuentra la posibilidad de instalar techos fonoabsorbentes. Estos se conforman por paneles acústicos fabricados en materiales como lana de roca o melamina, los cuales ayudan a reducir los niveles de sonido.
Otra alternativa por la que se puede optar es la colocación de bafles fonoabsorbentes en zonas donde no es posible instalar un techo de pared a pared. Este tipo de bafles son placas que se pueden suspender o instalar de manera vertical desde el techo. Además, soportan grados avanzados de limpieza y desinfección diaria con productos químicos fuertes.
También se pueden colocar paneles para paredes que ayudan a reducir la propagación del ruido y, de esta manera, permitir que el personal pueda comunicarse de manera verbal con mayor claridad. Al igual que los bafles, soportan niveles avanzados de limpieza, así como condiciones exigentes de trabajo.
En ciertos ramos de la industria alimenticia, como el azucarero, las soluciones de tratamiento acústico se han enfocado en tipos específicos de maquinaria, como las que conforman las líneas de envasado. Al tratarse de equipos complejos que pueden constar de dos o más componentes, es preciso identificar plenamente la fuente del ruido.
Una vez que se tiene identificada la o las fuentes del ruido, se procede a su aislamiento. Para esto, se utilizan paneles fonoabsorbentes higiénicos y de primera calidad. Existen productos que, además, son desmontables y facilitan la limpieza y mantenimiento de la maquinaria cuando se necesite.
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