Conoce la norma WHO-ITU para cuidar la salud auditiva

Debido a los daños en la audición que en estos últimos tiempos se han presentado de manera alarmante en gran parte de la población mundial debido al uso sin restricciones de dispositivos móviles desde los que se escucha música a través de auriculares, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha planteado la necesidad de establecer nuevos estándares dirigidos a los fabricantes de estos aparatos, esto con la finalidad de dar solución a esta problemática que afecta significativamente la calidad de vida de quienes la padecen.

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De esta manera, apenas en febrero del año pasado –y con motivo de presentar una solución antes del Día Internacional de la Audición conmemorado el 3 de marzo— esta célula de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en colaboración con la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), emitió la norma sobre dispositivos y sistemas de audio seguros denominada WHO-ITU, en la cual se plantean medidas específicas para mitigar el daño auditivo provocado por el uso de audífonos, sobre todo en los jóvenes.

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¿Por qué es necesaria una norma como esta?

Según datos de la OMS, alrededor de la mitad de la población mundial de entre 12 y 35 años se encuentran en riesgo de ver dañada su audición debido al uso de reproductores de música y smartphones que no se encuentran debidamente regulados, lo que se traduce en aproximadamente mil 100 millones de jóvenes podrían perder el sentido del oído.

Ante este panorama, se estima que tan sólo para el año 2050 una de cada diez personas podría presentar alguna discapacidad auditiva, una cifra a la que, sin embargo, no tendríamos por que llegar si se aplican las políticas de salud pública convenientes.

¿En qué consiste la norma?

Elaborada tras dos años de investigación por parte de expertos de la OMS y de la UIT, la norma WHO-ITU (que adopta las siglas en inglés de ambos organismos) tiene por objeto marcar los estándares que todo reproductor personal de audio debería contemplar para evitar dañar el oído de los consumidores, esto con base en datos adquiridos con fabricantes, especialistas de salud de diferentes gobiernos y de la industria, asociaciones civiles dedicadas a este giro, experiencias de los compradores, entre otros colaboradores.

Los puntos más destacados que señala la norma para que sean implementados en los dispositivos son los siguientes:

• • Tolerancia sonora: refiere a una función informática que controle tanto el volumen como la duración de la exposición del usuario al sonido, esto considerando un porcentaje del nivel de referencia.
  • Perfil personalizado: función que, según el empleo que cada usuario haga del dispositivo de audio, le daría mejores recomendaciones de uso para que sea más seguro.
  • Limitación de volumen: opción de reducción automática de volumen.

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• Información: información general y asesoría a los usuarios para que utilicen adecuadamente su reproductor de sonido e incluso protejan sus oídos en otras actividades de ocio.

Cabe destacar que, aunque por ahora estas medidas son sólo opcionales, en la medida en que los fabricantes y los gobiernos regulen las características mínimas que deben tener estos aparatos se logrará incidir en la cifra de personas con algún tipo de sordera en el mundo, la cual asciende a 466 millones.

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