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El oficio de soldador es uno de los más peligrosos debido a la exposición a diversos elementos que pueden causar afectaciones a la salud. Golpes con las estructuras metálicas, cortes con bordes filosos y potencialmente oxidados, intoxicaciones con material abrasivo, sobreesfuerzo al levantar piezas muy pesadas, humos y vapores tóxicos del metal, quemaduras con material incandescente o energizado, radiación ultravioleta…
Son muchos los riesgos a los que se exponen los profesionales de la herrería y soldadura, por lo que requieren herramienta y materiales de protección que les ayuden a trabajar de forma óptima y reducir las probabilidades de accidentes o afectaciones a la salud.
La exposición a los gases que se emiten durante la soldadura incrementa el riesgo de pérdida de audición. Esto, aunado a los elevados niveles de ruido que las máquinas emiten durante la soldadura y corte de metal.
En conjunto, ambos factores pueden exacerbar el daño auditivo que si se presentaran por separado.
Si bien en todos los tipos de soldadura se producen vapores y gases tóxicos, en la que se usa un arco eléctrico se generan los mayores niveles de emisión de gases. Esto se debe a que los metales se funden en el proceso, y se crean aleaciones con otras piezas metálicas como consecuencia de la temperatura tan alta a la que trabaja el arco eléctrico.
Este vapor vaporiza una parte del metal, lo que provoca la emisión de gases como manganeso en el medio ambiente. Aunque este mineral forma parte de muchos alimentos y es inocuo en dicha forma, su presencia como gas puede causar toxicidad cuyos síntomas son pérdida de equilibrio, temblores, espasmos musculares, insomnio, dolor de cabeza, irritabilidad, debilidad, cambios de humor y problemas de audición.
El uso de equipo de seguridad es la única forma de evitar o reducir el riesgo de lesiones al soldar. En el caso del daño al oído, el uso de protectores auditivos o tapones de espuma, hule o silicona es la mejor forma de cubrir el oído. Estos tapones deben adaptarse al canal auditivo para evitar que ingresen partículas de gas. Además, su uso ayuda a reducir el ruido hasta en 15 dB.
También le recomendamos capacitar a su personal sobre el uso adecuado de los elementos de protección que se les proporciona para asegurarse de que lo usarán correctamente durante sus labores.
Como empleador, es importante hacer mediciones del ruido en las áreas de trabajo ya que la exposición constante a niveles de 85 dB o más conlleva el riesgo de daño auditivo en sus trabajadores.
Evitar la hipoacusia como consecuencia del trabajo es indispensable no solo para preservar la calidad de vida de sus trabajadores, sino para reducir el riesgo de accidentes laborales y cumplir con las normativas de salud y seguridad ocupacional.
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