Suele pasar que luego de comprar un estéreo de altísima fidelidad o de instalar el teatro en casa con sus múltiples bocinas, el sonido que proviene de estos aparatos no es el esperado y hasta podemos vernos defraudados por la compra de equipos que para nada cumplen lo prometido de crear experiencias únicas para el oído.
Sin embargo, quizás esto se deba más a las condiciones del espacio en que están colocados estos artefactos y no en sí a su mala calidad. Incluso, un equipo de gama media puede escucharse mucho mejor que uno profesional y con tecnología de punta si el primero de ellos se ubica en una habitación con una buena acústica y el segundo no.
Pero no te preocupes, si te encuentras en una situación similar a ésta aquí te damos algunos consejos prácticos para que puedas acondicionar tu sala, estudio, recámara o cualquier otra estancia en la que quieras disfrutar de un excelente audio.
El vidrio rebota casi por completo las ondas de sonido que llegan a él y lo poco de energía que absorbe produce vibraciones que, por si fuera poco, producen su propio ruido que “ensucia” el sonido exacto que se quiere percibir.
Para evitar esto, lo mejor es colocar unas cortinas gruesas en ventanas y puertas de cristal, pues así buena parte de la energía de las ondas sonora será neutralizada y la de rebote llegará mucho más débil hasta tus oídos.
Al igual que en el caso anterior, el suelo refleja el sonido y afecta la fidelidad de lo que se escucha desde un altavoz. Si tu estancia se encuentra alfombrada no tendrás este problema, e incluso se ve disminuido también si el piso es de madera –aunque no del todo—, pero si por el contrario tienes vitropiso o cerámica, lo que puedes hacer es colocar un tapete amplio para lograr que las ondas acústicas reboten en un área menor y consigas una escena sonora más fiel.
Con tan sólo quitar algunas cosas y agregar otras de las mismas que tienes en casa, podrás ver las mejorías acústicas en la habitación que estés adecuando. Jarrones, espejos, mesas de cristal y otros artículos por el estilo, ocasionan la misma reverberación que en los puntos anteriores, mientras que otros elementos domésticos pueden ayudarte, sobre todo si tu espacio es pequeño y tus bocinas se encuentran muy cerca de las paredes.
Libreros y plantas serán tus mejores aliados para absorber y difundir adecuadamente el sonido, pues los primeros ayudan a equilibrar y absorber las ondas, mientras que las segundas sirven como paneles difusores. Intercalarlos adecuadamente entre las paredes y el equipo de audio disminuye en gran medida las ondas secundarias o de rebote.
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